Deberían dejar de ensuciar el buen nombre que llevan en su camiseta, ¿Dream Team? a estas alturas ya nadie se lo cree.
El baloncesto me empezó a gustar cuando vi por primera vez un partido de la NBA (Orlando Magic Vs. Detroit Pistons), no eran los espectaculares mates del
Dr. J (Julius Erwing para quien no sepa de que hablo) ni los grandiosos triples de
Larry Bird ni la maestría de
Magic Johnson que, como bien sabemos todos, son cada uno un espectáculo. Lo que me llamó la atención fue el demostrarle a la gente como yo como cinco personas podían coordinarse para parecer un único ente dentro del campo.
Me explico, cada uno tenía un papel que sabía cumplir a la perfección nadie se metía en el papel del otro si no era necesario (y generalmente no lo era), celebraban la victoria por igual tanto si jugaban cuarenta minutos como si pasaban todo el partido en el banquillo animando a sus compañeros.
Ya no se que queda de eso en la NBA moderna, es verdad que cada vez vuelan más alto y hacen cosas imposibles (en la memoria quedará el espectacular concurso de mates que ganó Vince Carter) pero echo de menos un
Sky - Hook del fabuloso Kareem.
En fin que os preguntareis (o no) a que viene todo este rollo, resulta que ayer gracias otra vez al
Gran Borrego (estás en todo, mejórate pronto) tuve acceso a través de internet a una grandiosa carta escrita por el hombre pájaro a Eurosport me ha llegado al alma, coincido plenamente hasta en el último punto de toda la
carta.
Por favor, hacedlo para devolverle a Estados Unidos el lugar que se merece en el baloncesto, para hacernos vibrar como lo hizo el
Dream Team de las Olimpiadas de Barcelona 92 que no pidieron un solo tiempo muerto en todo el torneo pues no lo necesitaban ya que eran y siempre serán el verdadero
Equipo de los Sueños.